domingo, 15 de noviembre de 2009

Crónicas...


Inglaterra... Enero de 1307

El juez de cabello platino se puso de pie furioso, con la palma abierta golpeaba su mesa y a gritos pedía orden en la corte, mi abogado se sentó despacio a mi lado, su argumento, a pesar de haber sido una completa patraña había sonado tan convincente que provocó un gran revuelo entre el jurado y los asistentes, inclusive yo había creído esa mentira, con eso estuve seguro que me salvaría de ser decapitado... sonreí
"¿ A cuántos declaran inocentes de haber violado a tantas niñas?" pensé...

Entonces recordé como había conocido a aquel hombre de nombre Taylor, huía desesperadamente de los guardias de la corona, mi carrera me condujo a una cabaña semi destruída, ahí habia un vagabundo que me miró sonriendo enseñándome sus dientes amarillentos desde un rincón...
" Se lo que hiciste, y puedo ayudarte..." dijo.

El vago padecía de la peste y a ratos tosia sangre sobre sus arapos, me aseguró que con la ayuda de su amigo me declararían inocente.
" Su nombre es Mammon, pero prefiere que lo llamen Taylor..."
El hombre me pidió que me dejara arrestar, me aseguró que no me harían daño, por alguna extraña razón confié en él. Me arrestaron y me llevaron a juicio.

El momento de la verdad llegó, el veredicto...
" Encontramos al acusado inocente de todos los carogs que se le imputan"
No cabía de la felicidad, salimos de ese lugar, la gente nos veía con repudio pero no nos importó, nos metimos a una taberna y ordené dos gigantescos tarros de cerveza, Taylor negó el suyo y a cambio pidió una copa de vino tinto.
"¿Cómo podré pagarte?" pregunté..
" Descuida, estamos a mano, solo quiero que me prometas algo... no grites..."
Extendió su mano frente a mi, la estreché sin saber el significado de lo que acababa de decir,aunque me tuvo sin cuidado...

Desde ese momento no volví a ver a Taylor, regresé a Escocia a mi humilde hogar, encontré a mis suegros llorando desconsoladamente, mi esposa había sido asesinada, me enteré que dentro de poco condenarían a su asesino, el juicio que se celebraría era solo por integridad, había pruebas suficientes para declararlo culpable en el momento...

Sediento de venganza asistí al juicio, y al conocer al abogado de mi asesino quedé helado, era Taylor, aunque tenía otro color de cabello y de ojos, era la misma voz y la misma horripilante labia mordaz que me habían salvado el pellejo. Hice lo único que podía hacer, robé una daga y me corté el cuello...

Ahora, sintiendo como me abraza el fuego del infierno, escribo estas palabras en mi piel arrancada y utlizando mi sangre como tinta, a lo lejos, escucho la risa de Taylor y la tos de aquel vagabundo.
El fuego duele tanto que quiero gritar, pero no lo haré.

Al fin y al cabo, hice una promesa...

Stewart Morris, Segundo circulo del infierno...


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Inaguro este blog con el primer comentario. Tienes muchísimo potencial, explótalo. Un beso.

Lymon7up dijo...

Muchisimas Gracias!!! jejejejeje esperare con ansias conocernos en persona para que me des mi patada de la suerte... un beso para ti también...

Novak dijo...

si yo me llamara "mammon" tambien dejaría que me llamen de otra manera, hasta petronilo estaría mejor.

Bastante bueno el relato eh. Los abogados de antes, ahora y mucho después siempre han, son y serán unos cabrones, pero es su chamba ¿Qué no?

bueno el post, a ver como te va